Según un estudio de 2017, aproximadamente el 4% de los adultos estadounidenses tienen alguna alergia alimentaria. En España, las enfermedades alérgicas crecen de forma exponencial, y si hace un siglo atrás eran casi un exotismo, a principios de los 90 ya afectaba a un 20% de la población. Actualmente según un informe de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología clínica, en el 2025 formarán parte de la vida del 50% de la población.
Este tipo de enfermedades si bien tienen un alto componente genético, también se consideran que el repentino crecimiento industrial de nuestras ciudades, el cambio climático, la contaminación atmosférica y la higiene extrema pueden ser presuntos factores responsables de que nuestro cuerpo reaccione ante más agentes externos. Ocho alérgenos alimentarios se presentan como los responsables de la mayoría de las reacciones alérgicas graves: leche, huevos, maní, nueces, trigo, soja , peces y mariscos crustáceos.
Las intolerancias y sensibilidades alimentarias son mucho más comunes que las alergias. Muchas intolerancias alimentarias resultan de la dificultad para digerir un alimento y, por lo general, es menos probable que estén mediadas inmunológicamente. Estas reacciones alimentarias pueden incluir deficiencias enzimáticas (como intolerancia a la lactosa), así como malabsorción de carbohidratos o reacciones a sulfitos o colorantes alimentarios.
Sin embargo, debido a la diversidad de síntomas y la posible demora en la respuesta, las reacciones alimentarias pueden ser difíciles de diagnosticar. La herramienta simple de elección para identificar las alergias alimentarias es la dieta de eliminación, ademas de pruebas de determinación de IgG directas a las proteínas de los alimentos medidas en suero del paciente.
La dieta de eliminación está diseñada para limpiar el cuerpo de alimentos y productos químicos a los que el paciente puede ser sensible o alérgico, apoyar el microbioma, reducir la inflamación y aumentar los fitonutrientes. Para pacientes con sospecha de sensibilidad a los alimentos, la dieta de eliminación puede ayudar en la evaluación y el tratamiento, lo que lleva a una mejor salud a largo plazo.
Es importante tener precaución puesto que la dieta de eliminación no es adecuada para todos los pacientes, debiendo tener mayor precaución con aquellos pacientes constitucionalmente débiles, con enfermedades agudas, con antecedentes de trastornos alimentarios, además de mujeres embarazadas y niños.
La dieta de eliminación suele ser un programa a corto plazo de tres semanas que requiere que el paciente elimine alimentos específicos y categorías de alimentos de su dieta. Con una reintroducción cuidadosa, la dieta de eliminación ayuda a los pacientes a identificar los alimentos que pueden desencadenar sus síntomas. Para los pacientes con alergias alimentarias anafilácticas mediadas por IgE, la reintroducción solo debe ocurrir en presencia de profesionales de la salud capacitados. Para las reacciones alimentarias, incluidas las sensibilidades e intolerancias, la reintroducción a menudo puede ocurrir de manera segura en el hogar, después de que la dieta de eliminación haya reducido la inflamación y el estrés en el cuerpo.
Después de la reintroducción, los alimentos que continúan provocando síntomas (físicos, mentales y emocionales) se evitan durante tres a seis meses adicionales, momento en el cual se intenta nuevamente la reintroducción.
Los resultados tras la dieta de eliminación son muy positivos en la salud integral de los pacientes, con disminución de la irritación y mejora notable de los síntomas gastrointestinales.
La investigación sobre la dieta de eliminación de sensibilidades alimentarias está en continuo desarrollo, crecimiento y emergiendo con resultados optimistas. De hecho un estudio del 2013 evaluó el potencial terapéutico de una dieta de eliminación entre pacientes con migraña con síndrome del intestino irritable (SII), los investigadores descubrieron que la dieta puede reducir efectivamente los síntomas de ambos trastornos con un posible impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes. En un estudio con pacientes con SII con diarrea dominante o de tipo mixto, un tercio respondió positivamente a una dieta de eliminación de gluten. También se han observado excelentes beneficios en pacientes con dermatitis atópica.
La reintroducción exitosa de alimentos es importante, ya que comer los mismos pocos alimentos día tras día no proporciona al cuerpo la gama completa de fitonutrientes necesarios para la salud en general. Una dieta con una gran diversidad de alimentos garantiza que el cuerpo obtenga nutrientes esenciales y es especialmente importante para aquellos pacientes pediátricos o aquellos con problemas digestivos.
Las restricciones dietéticas a largo plazo se han asociado con deficiencias de nutrientes, por lo que incluso durante la realización de la dieta de eliminación se hace necesario y recomendable la prescripción de suplementación personalizada, según criterio profesional, para evitar altas tasas de desnutrición, déficit de hierro, calcio, vitamina B12 y vitamina D entre otras.
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Carolina Hernández, Bch
Longevidad, Age Management & Health Coaching
(fuente: Dr. Kara Fitzgerald)